María

«La Cruzada – Milicia es María, y sólo eso. María a todas las almas y nosotros santos por María» (P. Tomás Morales, S.J.).

La Cruzada es María

El 8 de diciembre se cumple el 50 aniversario de los Cruzados de Santa María. La primera palabra es para el Señor: gracias. No puedo decir mucho más. Porque son únicamente palabras cargadas de sentido las que rondan por la cabeza al intentar escribir estas líneas: Acción de gracias. Responsabilidad. El P. Morales. Abelardo…

Y María. Esta palabra ya lo dice todo. La presencia de María en nuestra historia. La presencia de la Inmaculada. La mejor definición que se ha escrito de la Cruzada la escribió el Padre Morales en las Reglas que perfilan nuestra vida. Una definición que Dios había inspirado a un cruzado y que el Padre la tomó como la que mejor nos describe: La Cruzada es María, y sólo eso. María a todas las almas y nosotros santos por María.

Ese es nuestro secreto, nuestro misterio, nuestro carisma y nuestra fortaleza. La Cruzada es María: es actitud de oración permanente; es súplica constante esperando siempre la salvación de Dios; es actitud de atención y de escucha de la voluntad de Dios; y es acogida pronta y gozosa de su Palabra, expresada en el «Hágase», como María en la anunciación.

La Cruzada es María: es vocación apostólica; es salir de sí para comunicar la presencia de Dios entre los hombres, como María en la Visitación. La Cruzada es María: es plenitud de Dios en soledad humana; es misterio de adoración permanente al Dios que está naciendo siempre en el corazón, como María en el Nacimiento. La Cruzada es María: es el contemplativo en la acción, el contemplativo enamorado de Dios por los caminos del mundo; es el que va conservando y meditando en su corazón todo lo que Dios va haciendo en su vida, como María en los misterios de la infancia de Jesús.

La Cruzada es María: es vida oculta, es vida de trabajo, de ejemplaridad alegre en el cumplimiento del deber, como María en la vida de Nazaret. La Cruzada es María: es contemplación continua de Jesús; es seguimiento e imitación de la vida de Jesús, como María durante la vida pública. La Cruzada es María: es «estar», permanecer y mantener la fidelidad en los momentos de dolor y de abandono, es recibir una nueva misión cuando parece que todo está acabado, como María al pie de la cruz. La Cruzada es María: es no perder nunca la esperanza en la resurrección; es gozarse de la alegría de Jesús resucitado, como María. La Cruzada es María…

Y ahora debería hablar de cada uno de los que han pasado y pasarán por nuestra institución, por la Milicia, por nuestros grupos apostólicos; debería hablar de los que compartís nuestro espíritu desde la revista Estar, de los que rezáis por nosotros, de las carmelitas, de las almas contemplativas… La Cruzada es María…

Y recorrer todos los hitos de esta historia de medio siglo: Las primeras tandas de EE con empleados en Madrid; el Hogar del Empleado; la conversión de Abelardo; la salida del Hogar; la operación Institutos; las fundaciones en América; la partida del Padre… La Cruzada es María.

Termino como he empezado: dando gracias a Dios por 50 años de misericordia. Y gracias a todos por habernos acompañado en esta maravillosa travesía.

(Fernando Martín. Director General de los Cruzados de Santa María

Revista Estar. Nº 197. Diciembre 2005.)

 

No se puede entender la Cruzada – Milicia de Santa María, sin mirar a la Virgen.

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